Si tuviéramos que agregar algo a la cápsula del tiempo de Curacautín, pues sería una buena idea agregar a este clásico que ha permitido llegar a la buena salud de todos los curacautinenses y algún turista que pasase por la Piedra de Reunión.
La Farmacia La Humanitaria es sin duda, un objeto de culto en la zona, y sobre todo para la pandemia en donde se compran las mascarillas o alcohol gel para desinfectarse las manos o inclusive la compra de los remedios para el resfriado.
Todo esto era controlado por Don Ricardo Araneda y su querido ayudante Rosalino quien era atento con los clientes.
Como recordar los viejos cajones donde aparecen las frases: Obleas Chinas, Sal de Fruta, Clavo Olor, Aspirinas, etc... la vieja pesa donde medía los polvos medicatorios, su vieja registradora que no sé si aún funciona o existe, el gabinete de madera con los perfumes y colonias y si te portabas bien... ¡Te regalaba un paquetito de vitamina C!
Comparado con la Cristal o la del Dr Simi (Permiso para toser) es la farmacia más antigua de Curacautín y lleva aún su permanencia ahí con el letrerito Farmacia La Humanitaria en la acera en el momento de entrar al recinto.
Y es que esperemos que la competencia que son las grandes cadenas no lleguen acá, para que no destruya parte de la historia del tradicional almacén farmacéutico existente en Curacautín.
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