¿Ya les conté lo que Pehuencura? Pues para muchos, esta es una memorable historia que les contaré nos acerca a otro hecho importante, y es la Piedra Cortada que es un trozo de piedra atravesada en dos que cruza la ruta internacional de Curacautín a Malalcahuello.
Pero… ¿Cómo se originó?
Un potente gigante era lo que veía en medio de lo que era Pehuencura, la mole impuso fuerza desde Malalcahuello y saltando del Cahuín (Hoy Cautín, para que se haga una idea) Pero sus gigantescos pies hicieron que se hundiesen sus pisadas en medio de las piedras, en medio de la tristeza que sucumbía en su rostro por perder a su amada Maritén.
Según se puede resurgir, el cacique que debería gobernar la gente, este amante solitario y frustrado, éste era el símbolo del “Pino Cordillerano” que su nombre lo dice todo: Pehuencura, una trilogía que completa lo que conocemos como la “Piedra Cortada”. Un enorme peñasco rebanado verticalmente para que permita el paso del camino internacional.
Encontrado entre el Río Cautín y donde se habría encontrado la línea férrea que une Curacautín con Lonquimay. La cual no fue para muchos una leyenda, sino que fue cercenada para la construcción del camino, aunque la leyenda afirmaba que era una de las pisadas del legendario Pehuencura.
Sin embargo, esto trajo consecuencias.
Las comunidades se quedaron sin su jefe. Durante sus cosechas sólo recogieron lágrimas y tristezas… muchos hombres, guiados por una congoja funesta, vagaron por los parajes de la serranía siguiendo a su jefe… El hogar, las siembras y la tribu misma, quedaron en manos de las mujeres, hecho que se hizo costumbre. Era en verdad, una raza olvidada de vivir, sin tiempo y sin espacio Agrupados y diseminados por la Araucanfa, sin la fortaleza que les daba la presencia del cacique. (Fuente: Cien Años ente volcanes y araucarias)
Era tanto que Ngenechén escuchó los ruegos de las machis y de todo su pueblo. Él cual luego les daría un próspero acercamiento para que naciera un nuevo semidios.
Y pasaron lunas hasta llegar a la séptima, el ciclo se tiñó de rojo con de la sangre de los corderos sacrificados que invocaron a las machis… un silencio recorrió la floresta. Sólo el crepitar de las hogueras quebraba la quietud de la noche.
La machi principal en un sonar de la luz hizo que recogiese la luz del dios del universo. De ahí, la propia figura del Ngenechén vibraría en el viento se sentiría un jolgorio: era tiempo de levantarse y dar hasta que lloró… Lloró por largas lunas por su amado cacique derrotado por el corazón; todos obedecían a sus deseos del nuevo. Las lágrimas culminaron hasta llegar a formar lagos que conocemos actualmente con Captrén, Conguillio, Laguna Verde, Galletué, Icalma, Laguna Negra, etc.…
Y es por eso que en conclusión nos cuenta el final de un hecho transcendental que demuestra que muchos distinguen lo que realmente se pudo originar de la famosa PIEDRA DE REUNIÓN.
Fuente del libro “Cien años entre volcanes y araucarias” Adaptado por Andre Doussoulin.
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