¿Alguna vez les contado algo del Túnel de las Raíces? ¿Y si muchos pensaban si sirvió para algo? En fin, la historia se remonta por un siglo.
En plena guerra civil de 1891, tras el suicidio de Balmaceda se estaba evaluando la posibilidad de la instalación de la continuidad del tren que estaba inconcluso desde Perquenco, fue entonces la llegada de los primeros colonos de ciudades como Traiguén y Victoria, quienes trajeron varias fuentes de inspiración para traer costumbres a la zona y de ahí nace la idea de crear un tren trans-andino que uniese la ciudad victoriana con la sureña ciudad argentina de Zapala, Provincia de Neuquén.
Fue tanto que este dicho proyecto, que hizo que se iniciaran las obras del conocido Túnel de las Raíces que se concreto en la década de los 30.
Por ello, se crean los campamentos de Boca Norte y Boca Sur que concretaron un énfasis destinada a ser lugar de residencia para los obreros y sus familias, llegando a tener casas, iglesia, teatro, hasta muchos complejos más. El complejo no era más que un simple numero de galpones industriales con diseño traído de Europa y una planta de energía eléctrica.
De esta obra del túnel fue hecha gracias a conocidos ingenieros traídos de España e Italia, pasando de generación a generación en un bellísimo pueblo de campamento.
Esto allegaría la llegada de 2000 habitantes pasando a esa localidad. Cuando Curacautín no era más que un pueblo de 1000 habitantes.
Sin embargo, tras el termino del túnel los creadores pensaron que ya habían hecho todo lo pedido, y es por eso que tanto Boca Norte como Boca Sur debían decir su adiós dejando una zona con casas arrancadas dejando solo los esqueletos de esas casas, otras quedaron hechas como zonas de cultivo y ya siendo la década de los 80 o 90, el túnel se trasformaría como servicio para automóviles que tienen problemas en invierno para cruzar la Cordillera de las Raíces.
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